
"Y se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar" cantaba sabiamente un cantor popular de su tiempo que en su tiempo le compuso canciones de alabanza a casi todo el mundo que estaba en el poder.
Cuando todo parecía que había concluído y que el pueblo quedaba huérfano de sus premonitorias visiones acerca del mundo y la humanidad, aquí lo tenemos de vuelta, más fuerte y visionario que antes, dispuesto a dar hasta su último aliento para ayudar a la humanidad.
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